MATA HARI, SEDUCTORA Y MISTERIOSA
"En Madrid, jamás llegué a pisar la calle porque cada vez que aparecía en la puerta del Hotel Ritz, una legión de caballeros arrojaban sus capas al suelo para que caminara sobre ellas, poniendo ante mí una alfombra que nunca se acababa". "Si alguien dice que me proporcionó información secreta, el delito lo cometió él, no yo". Lo malo de esta mujer impostora, abominable bailarina y espía mediocre; fue que a causa de sus embrollos se vio condenada a morir a los 41 años ante un pelotón de fusilamiento. Margaretha Zelle, ese era su verdadero nombre, fabuló un pasado en la India, en el seno de una familia de brahamanes. En realidad, fue la hija de un modesto sombrerero holandés con delirios de grandeza, que convencido de la belleza exótica de su hija, se propuso sacar provecho de ello. La fama de seductora de Mata Hari, comenzó a los quince años en la escuela. El director de la institución llegó a arrastrarse a sus pies y a gimotear en público con tal de conseguir