EL HADA Y EL ANGEL, DE RICARDO TEJERINA
_ Y tú...¿eres feliz? _ preguntó el Hada. _ Creí que lo era, ahora, descubro lo mucho que me has faltado..._ respondió el Ángel. Y su sentencia resonó en los oídos de ella como la más dulce música proveniente del Paraíso prometido. Lo invitó a guarecerse en su regazo y le regaló una amplia sonrisa, llena de deseos, de chispeantes sonidos y de ese candor tan suyo y maravilloso. Uriel, el Ángel, cuyo nombre se debe a que guarda en sí la llave de un terrible secreto, sintió el amor que lo inundaba e iluminaba con su fulgor cada rincón de su alma peregrina...Y cedió ante aquella dama que le tendía la mano blanca y delicada para guiarlo por el camino que había construido para ambos, aún sin conocerlo. El Hada, que tímida esbozaba historias de amor, amor del puro, del verdadero, del más angelado sentimiento, del que se apodera el poeta, del que presumen las musas, del que templa los corazones y enciende las pasiones; sucumbió en las aguas claras de esos amores tan grandes y amó al Án